Crónica del Desfiladero del Cares

DESCENSO EN CANOA DEL BAJO NAVIA

1100

  El pasado veinte de junio los componentes del Grupo de Montaña "El Estoupo" realizamos la programada actividad consistente en el descenso en canoa del bajo Navia. No se trata de una actividad desconocida para los miembros del grupo ya que también se realizó el año pasado, pero si supone una sugerente alternativa a las habituales jornadas de senderismo y montaña.
Para hacerla posible, contamos con la inestimable colaboración del Albergue de Serandinas a cuyo frente se encuentra KALY, quien, junto a un grupo de espléndidos monitores y colaboradores lleva ya largos años promocionando con éxito el turismo activo en la cuenca del Navia.
La del Navia es una de las principales cuencas fluviales del Principado. A lo largo de su curso las aguas se represan en tres embalses (Grandas, Doiras y Arbón). Se trata sin duda, de un río con vocación hidráulica impuesta por el anterior Régimen, provocando que desde la década de los cuarenta del siglo pasado la mayor parte de las vegas del Navia hayan sido anegadas, sepultando para siempre bajo las aguas remansadas sus mejores y más fértiles tierras, engullendo una buena parte de la memoria histórica de la zona y provocando la extinción de gran parte de la fauna piscícola - en concreto el salmón - Así el río Navia pasó de ser el número uno en capturas a mediados del siglo pasado, a situarse en la cola de los ríos salmoneros del norte de España en la actualidad.
Nuestro recorrido ese día discurrió por la parte terminal de su curso, correspondiendo a los concejos de Coaña, Navia y Villayón. Partimos de Luarca a las 10 de la mañana, poco optimistas respecto a lo que nos depararía el tiempo, ya que horas antes las nubes habían dejado caer un importante chaparrón.1190 Inicialmente, nos dirigimos al Albergue de Serandinas en el Concejo de Boal, donde Kaly nos facilitó los preceptivos chalecos salvavidas, los remos y los contenedores herméticos donde guardaríamos la ropa y comida para el trayecto. Allí formamos grupos y elegimos el tipo de embarcación, unos optaron por descender en K-1, otros en K-2, los menos en K-3 y aquellos menos animosos se apuntaron a realizar el descenso en un catamaran con capacidad para ocho personas, mas estable y cómodo que el resto de las embarcaciones. Desde allí nos dirigimos en autobús hasta la presa de Arbón, punto de inicio del descenso. Tras las indicaciones de rigor impartidas por Kaly, embarcamos y comenzamos el recorrido. Los primeros pozos sirvieron de improvisada escuela de iniciación al piragüismo. Allí intentamos, unos con mas acierto que otros, coordinar nuestra remada. En los "sequeros" y especialmente en los "rabiones" se produjeron escenas dignas de ser grabadas y emitidas en cualquiera de los programas televisivos tan de actualidad dedicados a propiciar la sonrisa fácil del espectador gracias a las ocurrencias de los improvisados actores . Sorteados estos primeros "lances" sin mayores problemas, continuamos río abajo con un sol de justicia que se empeñaba colorear la piel no protegida de los remantes. Pasado el puente colgante de San Pelayo, las orillas son mas apacibles, con amplias vegas y pedregales. En uno de ellos, hicimos un alto para comer, no sin antes disfrutar con los juegos acuáticos que el grupo de monitores nos tenían preparado. Reiniciamos el descenso por aguas cada vez mas tranquilas, no obstante, tuvimos que realizar una breve parada con el fin de evitar que la corriente ascendente producida por la pleamar, conjurada con nuestra impericia, nos llevara río arriba . Aquí se aprovechó el momento para dar un inesperado chapuzón a alguno de los componente del grupo.
1193 Continuamos el descenso, no sin antes observar una naturaleza espectacular, con recodos imposibles de conocer si no es a bordo de una embarcación. A lo lejos pudimos avistar los vestigios de la cultura castreña, en concreto el Castellón de Coaña, que se alza vigilante en una loma desde donde se divisa el cauce fluvial y que junto a otros menos conocidos (el de Pendia y el de La Escrita en el Concejo de Boal y el de Chao de San Martín en el Concejo de Grandas) jalonan el río, seguramente construidos para el aprovechamiento y salvaguarda de la antaño proverbial riqueza aurífera del río Navia.
Superados los restos de la antigua presa de Porto, el islote de CEASA, se nos aparecen los puentes de la Villa de Navia que parecen darnos la bienvenida. El Puerto de Navia pone punto y final a la atractiva travesía. No sin antes despedirnos de nuestro amigo Kaly y de su equipo, tomamos el autobús que nos retornaría a Luarca.

 

(+fotos)

Patrocina

ayto_valdes

 

 

LOGO-LUARCA-VILLA-DE-NOBEL

Sección infantil del grupo de montaña Estoupo