Crónica de la Ruta del Agüeira

Ruta del Agüeira

 

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Ya decíamos en otra ocasión que existían marchas montañera cuyos recorridos tienen especial atractivo por la belleza de los lugares por los que se pasa. Este es el caso de la última realizada por el Grupo de Montaña “El Estoupo” en el Concejo de Pesoz. El trayecto es fácil, incluso para aquellos no habituados a caminar, sin grandes desniveles y bien señalizada. Desde estas páginas la recomendamos a aquellos que quiera pasar un día agradable.

 

El domingo 30 de enero hicimos la ruta del Río Agüeira - PR.AS-117 - . Para los no iniciados las siglas PR aluden a una ruta de pequeño recorrido y cuando se señaliza con GR se trata de una ruta de gran recorrido. Ambas forman parte de una red de itinerarios peatonales señalizados que tratan si es posible de evitar las carreteras asfaltadas y con tráfico de vehículos. Las siguientes siglas - en este caso AS - nos indican que la ruta se desarrolla en Asturias, y el número 117 es la que corresponde en esta Comunidad Autónoma a la del río Agüeira en Pesoz. La señalización de las rutas de pequeño recorrido incluyen símbolos en amarillo y blanco y las de gran recorrido en rojo y blanco.

El grupo decidió realizar una pequeña variación en el itinerario señalizado ya que recientemente una crecida del río se llevó una pasarela de madera que facilitaba cruzar el río. Por tanto nosotros la iniciamos esta vez en el pueblo de Pelorde, uno de los últimos reductos vinícolas de la zona. El conjunto arquitectónico de Pelorde sorprende al viajero que se adentra en sus estrechas callejas, mereciendo una visita específica donde la foto está asegurada.

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Desde Pelorde descendimos al río Agueira que salvamos cruzando un puente de nueva factura que sin embargo no agrede al entorno que conforman el río, un molino ya en desuso de “rodezno y cubo” y un bosquete de arbolado autóctono.

 

Comenzamos a ascender la ladera por una senda recientemente desbrozada por los Servicios Municipales. El sol y un calor gratificante acompañaba al grupo. Se agradecía, porque en Pelorde la tan manida en estas épocas “sensación térmica” nos tenía aterecidos. Una vez ascendimos hasta media ladera, el camino ya transcurre en llano en monte bajo, donde se pueden observar varios “cortines” muy bien conservados. Poco a poco nos acercábamos a Argul.

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El pueblo de Argul, hoy casi abandonado, constituye una de las mayores singularidades arquitectónicas del occidente asturiano. Por esta razón el Gobierno del Principado ha decidido en julio del año pasado declararlo Bien de Interés Cultural.

 

A la entrada nos esperaba la primera sorpresa ya que se accede a su interior a través de una pasadizo por debajo de unas viviendas - macizas y compactas construcciones de piedra y gruesos muros, unidos en su parte superior por altos corredores de madera - que mas tarde pudimos constatar que permitirían recorrer el pueblo de arriba abajo sin pisar el suelo.

Pudimos contemplar la ermita de San Antonio, erigida sobre la roca madre, con un hermoso retablo barroco coronado por una concha que posiblemente pretenda hacer referencia al Camino de Santiago, escoltada por dos escudos de armas de los Ron. También la Casa del Escultor, lugar de nacimiento de D. Juan Alonso de Villabrille y Ron, 1663, escultor barroco de la corte de Felipe V, que colaboró en numerosas obras del Madrid Borbónico, entre ellas las estatuas del Puente de Toledo y el Hospicio de San Fernando.

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Abandonamos Argul admirados. Desde luego a nadie le deja indiferente. El camino prosigue a media ladera entre prados y terrenos de labor y encontramos a pocos metros la capilla de San Miguel, del S. XVIII como la de San Antonio a la que antes nos referimos. La existencia de dos capillas en un pueblo que nunca debió tener mas de treinta casas habitadas prueba el arraigo de la Iglesia en la vida del pueblo.

 

Reiniciamos el camino descendiendo por una senda tapizada de musgo y hojarasca bajo pinos y castaños hasta el viejo molino de Sequeiros. Allí pudimos contemplar los restos de la pasarela de madera que cruza el río y por donde proseguía la senda. Dimos marcha atrás descendiendo hasta la carretera que comunica Argúl con la capital del Concejo. Ya solo nos quedaba ascender una fuerte pendiente para alcanzar el cerro en el que se sitúa Pesoz.

Después de comer y conversar con algunos vecinos visitamos la iglesia parroquial de Santiago de Pesoz, que conserva parte de su fábrica románica y el fabuloso Palacio de los Ron, familia que llegó a alcanzar gran poder en el occidente asturiano. Con gratísima impresión abandonamos Pesoz - Pezós en la toponimia de la zona - El camino de regreso lo realizamos atravesando los Oscos, ascendiendo al puerto de la Garganta, donde aún se mantenía la nieve del último temporal y por Vegadeo regresamos a Luarca.

(+fotos)

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Sección infantil del grupo de montaña Estoupo