Había cierta expectación ansiosa en los prolegómenos de la ruta que los miembros del Grupo de Montaña “El Estoupo”habíamos programado para el día 13 de febrero. Sabíamos que la ascensión era dura, pero tras el esfuerzo nos esperaba un gran mirador del macizo central de los Picos de Europa y de la marina llanisca.
El Pico Turbina o Torbina ( 1.315 metros) es el punto culminante de la Sierra del Cuera, paisaje protegido que se sitúa en el extremo oriental del Principado formado por un cordal litoral de 40 kilómetros de longitud que se inicia en el Sella y prosigue a escasa distancia del mar hasta el río Deva, delimitando dos espacios geográficos que han tenido diferente evolución histórica y social: la marina llanisca y lo que se ha denominado el trascuera , cuya única relación posible ha sido durante siglos a través de los pastores que compartían el uso de los altos pastos calcícolas.

Con ilusión dejamos Luarca de madrugada camino del concejo de Cabrales. En Arenas tomamos una desviación a la pequeña aldea de Arangas. A dos kilómetros, en el collado Cruz iniciamos la ruta tomando una pista de tierra construida para el transporte de mineral de una mina localizada en las estribaciones meridionales del Cuera. Siguiéndola superamos un continuado desnivel. Las vistas hacia Picos eran excelentes. El sol se reflejaba en la nieve acumulada por los últimos temporales, pero cuando alzábamos la vista hacia nuestro objetivo solo veíamos la niebla que lo cubría. Seguimos ascendiendo hasta el collado Sellón, donde se junta el camino procedente de Arangas. Albergábamos la esperanza de verla disiparse, pero no fue así, según íbamos ascendiendo se hacía cada vez más tupida. La propia sierra actúa de barrera conteniendo los frentes marítimos e instala las nubes en sus cumbres para desesperación del montañero.

Reunidos en la encrucijada de caminos, decidimos no continuar con la ascensión. La montaña la vamos a encontrar allí en otras ocasiones y la integridad de los miembros del grupo está por encima de las vanidades personales que tantas veces la ponen en peligro.

Adoptada ya la decisión de no proseguir, realizamos el regreso por el camino procedente de Arangas. Desde esta bonita aldea el autobús nos llevó hasta Poncebos, punto de inicio o final de muchas de las rutas que transcurren por los Picos. Allí comimos y después visitamos la Cueva Exposición del Queso de Cabrales en Arenas. Estas instalaciones de la Fundación Cabrales albergan en su interior recreaciones de una cabaña y de los utensilios antiguos que se empleaban para hacer el queso, así como una quesería moderna y una cueva de maduración. Después de visionar un vídeo informativo nos sirvieron una degustación que queso que agradecimos.

Cuando llegamos a Luarca comentamos que, a pesar de haberse visto frustradas nuestras expectativas montañeras, pasamos un día agradable y divertido y quedamos emplazados para la próxima.