Una vez mas, y ya es la cuarta edición, el Grupo de Montaña “El Estoupo” realizó el domingo 10 de julio la Ruta de la Cangreixa que transcurre por gran parte de la costa del Concejo de Valdés.

Esperando que por fin esta sea la última vez, tenemos que iniciar esta crónica por una parte y de nuevo, con un agradecimiento a algunos miembros del grupo y especialmente a Javier por el esfuerzo empleado en limpiar el camino de la ruta y por otra, con una denuncia por la desidia de las Administraciones en el mantenimiento y limpieza de las sendas costeras que comunican los acantilados y las playas de este Concejo.

Amaneció un día veraniego, de sol y con gran visibilidad, y si acaso el calor, que lo hizo y mucho pudiera afectar a los excursionistas, el viento del nordeste fue logrando aplacar la alta sensación térmica.

Como en crónicas de ediciones anteriores ya hemos realizado una pormenorizada descripción del trayecto por donde discurre la ruta, vamos a evitar al lector una nueva reiteración del recorrido que la conforma. Solo reseñaremos dos novedades que afectaron al trazado en esta edición: En primer lugar, el acceso a la playa de Cueva lo realizamos siguiendo la nueva senda peatonal recientemente inaugurada, una senda que sin lugar a dudas contribuye a mejorar tan entrañable lugar; En segundo lugar, el juego de las mareas quiso que en esta ocasión la bajamar coincidiera en el tiempo con el desarrollo de buena parte de la excursión, permitiendo que unos miembros del grupo accedieran a través de los pedreros de la costa desde la playa de los Molinos hasta La Polea y desde la de Chao hasta Portizuelo, mientras otros siguieron el camino tradicional por lo alto de los acantilados.

Como ésta es la última crónica antes del merecido descanso estival, no queremos dejar en el tintero la regañina amistosa que algunos de los componentes del grupo han vertido acerca del contenido de las crónicas. Advertían estos compañeros, creemos que con buen criterio tras analizarlas, de la existencia de cierta tendencia a acentuar los sufrimientos padecidos en el transcurso de las rutas y sin embargo se obviaban, según ellos, aquellos otros momentos de diversión que, siendo muchos y muy buenos, parecía que pasábamos por ellos de puntillas, pudiendo con ello inducir al lector a pensar que en las excursiones programadas solo cabía sufrimiento y esfuerzo. La sana crítica es enriquecedora y reconociendo nuestro craso error nos comprometemos a enmendarlo desde ahora mismo.

Los del Grupo “ El Estoupo”, al igual que otros compañeros en la montaña, nos desplazamos con asiduidad por el entorno de la geografía asturiana, con alguna que otra incursión en las provincias limítrofes. En estas excursiones se ensambla maravillosamente la didáctica de la geografía física con los ricos componentes culturales que ésta soporta. Nuestras excursiones tienen como objetivo inicial el desarrollo de la actividad física en la naturaleza. Castigando el cuerpo tratamos de desembarazarnos de tensiones perniciosas y, por qué no decirlo, en algunos casos de exudar con ello glóbulos de grasa acumulada en actividades mas o menos sedentarias. Pero como recompensa por el esfuerzo siempre obtenemos la satisfacción de alcanzar aquella meta que de acuerdo con nuestras posibilidades nos habíamos fijado. Una vez obtenida, aún nos queda otra recompensa y la que constituye el desideratum es la refrescante sidra que tomamos siempre una vez terminada la ruta y cuya visión anticipada nos anima a sobrellevar las penosidades de la ascensión y los traspiés por los riscos traicioneros. ¿ O no?. Se trata de un momento excelso, normalmente el contrapunto a la agotadora jornada. Es el instante para la distensión. Tras prolongadas libaciones de la preciada sidra surgen las risas, alguna vez los cánticos y salen a relucir las anécdotas de la jornada.

En esta ocasión, tras realizar la ruta, la reunión se produjo en los jardines del Parque Marisol. Como despedida hasta septiembre en el que continuaremos con las actividades programadas, dimos buena cuenta de empanadas, bollos preñados, pasteles... todo ello regado con abundante sidra.

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