EL ESTOUPO EN LOS OSCOS
 

El agua, el fuego, el hierro y las habilidosas manos de sus “ferreiros”,convirtieron a los Oscos en una próspera comarca. Según datos del Catastro de Ensenada (1753), en los Oscos había una Ferrería, 6 Mazos y 94 Fraguas. Cada ferrería, inducía, entre labores directas e indirectas - carboneo, minería del hierro, etc.. - mas de 150 empleos. Pero la decadencia de la denominada Industria Rural Dispersa, incapaz de adaptarse y competir con las nuevas formas de producción de la revolución industrial, provocó la quiebra de la economía comarcal, obligando a sus vecinos a la emigración y dejando la zona relegada al olvido.

A esa Comarca de los Oscos acudimos el Grupo de Montaña “ Estoupo” el pasado 12 de febrero. Iniciamos la ruta una vez pasada Santa Eulalia(“ Santaya”, capital uno de los tres concejos que conforman los Oscos) por la carretera de Fonsagrada, después de cruzar el puente sobre el rió Augüeira. Un desvío a la izquierda nos llevó, tras media hora de caminata por carretera, hasta el pueblo de Ferreira donde realmente comienza la ruta. La helada era importante. Las praderías del valle se nos presentaban cubiertas con una fina capa blanca que semejabaa una leve nevada. A pesar del intenso frío, nos esperanzaba saber que el sol luciría a lo largo de toda la ruta.

En Ferreira, dejamos el pueblo a la derecha, descendiendo el camino que conduce al área recreativa y tras cruzar el precioso puente de piedra, nos desviamos a la derecha, introduciéndonos en el bosque en una corta pero empinada subida. Una vez arriba, contemplamos la bella panorámica del pueblo de Ferreira y el embalsado Rio Augüeira.

Haber ganado cierta altura al inicionos permitió seguir un sendero queen llano se desliza por la ladera de la montañacon el cañón del Rio Augüeira y sus meandros a nuestra derecha y el continuo murmullo de sus aguas acompañándonos. La ruta discurre entre umbrosos bosques plagados de cortines y corripias. Los primeros son singulares construcciones de pizarra, en forma ovalada y adaptadas al desnivel del terreno para proteger los colmenares. Las segundas, construidas en piedra, se ubican en los castañeiros para guardar las castañas recolectadas.

Poco despuésllegamos a la aldea de Coba, hoysemiabandonada por su pobladores y donde hasta la capilla ha dejado de cumplir su solemne cometido, siendo dedicada a menesteres más terrenales, como el de almacenar aperos de labranza entre otras cosas. Desde Coba llegamos a la carretera que viene de San Martín de Oscos, y tras recorrido de unos 30 minutos nos desviamos a la izquierda por un callejón que nos conduce hasta el pueblo de A Coba. Sabíamos que a partir de ese momentonos restaba una buena subida y por tanto aprovechamos para hacer acopio de fuerzas, departir con los vecinos y visitar el entorno. Por cierto,allí nos llamó poderosamente la atención un cartel que,pegado en el atrio de la capilla,con una impoluta redacción anunciaba los servicios de una empresa funeraria de la zona y que contenía algunas frases del tenor de esta: “ Lo difícil lo solucionamos al momento. Los milagros, tardamos un poco más. “

Salimos del pueblo de A Coba y tras cruzar el Río Augüeira, comenzamos a ascender la dura cuesta que nos llevaría hasta el pueblo de Nonide. En frente de la capilladimos buena cuenta de la comida que portaban nuestras mochilas. Después iniciamos el descenso a través de lo que algún día fue un bello bosque y ahora se ha convertido en una estéril superficie calcinada por las llamas de los incendios forestales. Mirando hacia la otra vertiente del cañon del Augüeira, podemos ver el sendero que hemos recorrido.

Finalmente llegamos a la aldea de Ferreira, principio y final de nuestra ruta. Pudimos visitarla y recorrerla con detenimiento. Caminamos porsus pequeñas callejuelas cubiertas por los techos de parras. Observamos la recuperación integral de la que es objetoa través de un ambicioso proyecto financiado por elGobierno del Principado de Asturias y constatamos que los momentos prósperos que se detuvieron al mismo tiempo que los famosos relojes fabricadospor la familia asentada en los Oscos de los LOMBARDERO ,pueden renacer gracias a la pujante industria del ecoturismo, que esperemos colabore al crecimiento sostenido de una sociedad que hasta hace unos pocos años vivía anclada en el siglo XIX.

(+fotos)