Ruta del Alba

RUTA DEL ALBA

  “El destino baraja y nosotros jugamos”. La cita es del filósofo alemán Arthur Schopenhauer y viene a cuento en esta historia porque, una vez más el tiempo, en este caso el malo, nos obligó a cambiar los planes a los del Grupo de Montaña Estoupo.

 

Habíamos programado para el pasado día 22 de octubre una bonita excursión con salida en el pueblo leonés de La Uña. Tras descender por el fascinante valle del Arcenorio llegaríamos hasta el también pueblo leonés de Oseja de Sajambre.

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Cuando partimos de madrugada de Luarca aún no llovía, pero aquél cielo gris y oscuro y el fuerte viento reinante ya presagiaban el diluvio que horas más tarde, con inusitada intensidad y persistencia, nos cuentan que cayó sobre nuestra Villa. Muy al contrario, nuestro viaje transcurrió tranquilamente por la zona central de Asturias sin ver caer una gota. En Rioseco, frente al embalse,en el restaurante-bar San Ginés donde paramos a desayunar, tanto Georgina como Bienvenido Antonio,sus dueños,nos aseguraban que no iba a llover. Sin embargo cuando alcanzábamos las primeras rampas del puerto de Tarna la lluvia hizo su aparición de forma moderada. Cuando llegamos al pueblo de La Uña, la intensidad se había incrementado notablemente. A ello había que añadir la niebla que cubría las montañas y el fuerte viento del Sur.

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El destino había mezclado los naipes de tal forma que nos obligaba a jugar con una mala mano contra todas las inclemencias meteorológicas juntas. La decisión se tomó en pocos segundos: se suspendía la excursión dejándola para otra ocasión más propicia. No obstante, nos resistíamos a regresar a casa. Después de un buen tute de autobús queríamos matar el gusanillo y enseguida buscamos una alternativa.

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Estábamos en el Parque Natural de Redes y la cercanía de la ruta del alba (declarada monumento nacional en 2001 y que muchos de los asistentes no conocían) nos pareció buena elección. Es una ruta sencilla, de ida y vuelta, de fácil andadura ypoco desnivel. Por ello, en caso de empeoramiento del tiempo nos permitiría en poco tiempo alcanzar una zona resguardada.

Decididos, nos dirigimos hasta el pueblo de Soto de Agues y desde allí tomamos una pista forestal que, aunque tiene restringido el tráfico rodado, ese día estaba profusamente transitado por vehículos que aparentemente no tenían un destino agrícola-ganadero. Al poco de caminar, el fuerte viento calmó y la lluvia hizo su aparición.

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La pista forestal y el posterior camino dejan paso a continuación a un estrecho sendero que nos remontó hasta el profundo desfiladero donde el rió alba vierte sus aguas en forma de hermosas cascadas y espectaculares saltos que acaban en pozas de rocas pulidas por el agua. Cruzamos el rió en dos ocasiones por los puentes de la Pontona y la Resquiebra, llegando a la Cruz de los Rios, donde junto a unos árboles centenarios se encuentra un pequeño refugio desde el que se divisa el Pico Retriñon, y el Pico Praera entre otros. Había dejado de llover y aprovechamos el momento para desprendernos de la necesaria,pero agobiante,ropa de agua y procedimos a comer.

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Tras el descanso, desandamos el camino recorrido,con alguna que otra parada para recoger algunos buenos ejemplares de castañas. Llegamos a Soto de Agues y nos detuvimos para disfrutar de este pequeño pueblo que cuenta con un buen número de viviendas de arquitectura tradicional, algunas con espectaculares corredores de madera. También visitamos su iglesia parroquial, de principios del XIX, en la que destaca el campanario en aguja y el pórtico lateral.

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Ese día se celebraba en el circuito de Interlagos el Gran Premio de Brasil de F1 y teníamos mucho interés en ver como se resolvía el campeonato mundial. No teníamos tiempo de llegar a Luarca antes de la salida y por tanto decidimos parar en camino. Alguien mencionó Oviedo como buena opción y allí nos dirigimos. Las calles de la capital del Principado estaban prácticamente vacías y allá íbamos nosotros calle arriba cuando un vecino nos dijo: ¿Vais al auditorio a animar a Fernando Alonso? Al principio nos miramos extrañados, después nos dimos cuenta que los polos del grupo son de color azul, similares a los colores de la marca automovilística para la que, hasta esta temporada, corrió Fernando. Sin pretenderlo nuestro atuendo nos relacionaba con los aficionados al mundo del motor y especialmente con los muchos fans de Fernando Alonso.

Finalmente Alonso quedó segundo, Schumacher quinto y por tanto Fernando resultó campeón mundial de F1 por segundo año consecutivo. ¡¡¡Enhorabuena!!! Nosotros, satisfechos regresamos a Luarca.

(+fotos)

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Sección infantil del grupo de montaña Estoupo