El Estoupo en la Sierra de Pedrorio.

EL ESTOUPO EN LA SIERRA DE PEDRORIO

El Estoupo inicia las actividades de 2007 con una excursión a la Sierra de Pedrorio

P1090572-1Atrás quedan las navidades. Son éstas unas fiestas de sentimientos encontrados, de gozo para muchos y de amargo recuerdo de las ausencias para otros. De dilapidación consumista y excesos culinarios en el mundo que nos atrevemos a denominar : “civilizado” y de hambruna para otros. Fechas éstas en las quese nos revela la oculta vena histriónicay logramos representarla gran pantomima delderroche de hipocresíaque nos obligaa sergenerosos y desprendidoscon todos y con todo.

Comenzamos un nuevo año y con él, un nuevo calendario de actividades que la Asamblea General de Socios del Grupo de Montaña Estoupo aprobó allá por el mes de noviembre de 2006. La primera ruta programada quedó fijada para el día 14 de enero pasado y el destino fue la Sierra de Pedrorio, situada en los concejos de Grado y Belmonte de Miranda.P1090609

Para alcanzar el punto de partida, nos dirigimos hasta La Cabruñana y tomamos la desviación que nos llevó hasta la aldea del Fresno, donde comenzamos la marcha. Atrás dejamos el Santuario de Nuestra Señora del Fresno, un edificio de los Siglos XVII y XVIII de impresionante porte. Durante la invasión francesa sirvió defuerte defensivo resultando quemada su torre, siendo posteriormente reconstruida en 1870.Seguimos la carretera que nos llevó hasta Alvaré. La abandonamos y tras una breve andadura por un camino bastante embarrado empezamos a faldear el Pico Aguilera.

Descendemos por una senda bien marcada hasta el collado de La Barrera, donde arranca la subida, un poco pindia al final que nos lleva hasta el Pico Pedrorio (787 m.) que da nombre a la Sierra.

P1090634Aunque la temperatura es buena y luce el sol, la visibilidad no es la mejor. No obstante, nos permite atisbar la Sierra del Aramo, las zonas de Cangas de Narcea y Somiedo, incluso entrever la zona de Picos.

El corto descanso en la cumbre nos sirve para reponer fuerzas. Después retomamos la marcha, siempre cresteando, hasta el Pico Cutarieyo, desde el que descendemos hasta el Llanón de la Sierra, donde nos encontramos con una nutrida manada de asturcones que en estas tierras, al igual que en El Sueve,P1090678 se conservan en vida salvaje. También es frecuente, como nos ocurrió en esta ocasión,encontrarse por con una pequeña familia de corzos que, nada más advertir nuestra presencia, se alejaron de nosotros con portentosos saltos pasando, sindificultad, por encima de setos y matorrales. Unos instantes después ya solo vislumbrábamos a lo lejos la silueta del ungulado meneando ostentosamente, mientras continuaba saltando, sus cuartos traseros de color blanco como la nieve.

P1090721Seguimos siempre a S.O. por una suave pendiente, que finalmente se empina en la subida al Pico Vío. Llamado así genéricamente, aunque que se compone en realidad de tres: el Pico Pequeño (763 m.), Pico Grande (726 m) que paradójicamente tiene menos altitud que el otro, y el Pico Candaneiro (816 m.).

En la cumbre decidimos comer. A nuestros pies el río Narcea lucía un azul esplendoroso. Allá abajo, en Forcinas se une con el Nalón, para desembocar juntos en el cercano San Esteban de Pravia. Sorprendente simbiosis de dos ríos con dos vocaciones bien diferenciadas. El Narcea, de naturaleza vaqueiro “ hasta las trancas “ y,el Nalón, de carácter eminentemente minero -metalúrgico.

Para el descenso, tomamos como referencia una torreta de alta tensión que divisamos al Norte y con ese rumbo afrontamos la pronunciada bajada para ir al encuentro, en una campera llamada el Llano Cavalmuerto, del resto del grupo que había decidido no ascender hasta el Pico Vío. Juntos, tomamos una pista forestal que cómodamente nos llevó hasta el pueblo de Hospital, donde nos esperaba el Autocar.

 

 

 

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Sección infantil del grupo de montaña Estoupo